T2 - #3 Haga patria: labure con gente piola (y feminista)
Sobre cómo llevar la vida laboral, los proyectos autogestivos y el activismo en pandemia.
De: Emilia
Hola, amiga.
En días como hoy me dan ganas de comer empanadas, locro, pastelitos y cuanta comida característica de nuestra patria se me cruce. ¿Encima viste el sol que hace? Si no existiera esta pandemia seguro estaría en la terraza de mis viejos meta vino y comida casera. La extraño mucho a mi mamá, dicho sea de paso. A mi papá también, después le leen esto y me hace escenita, pero viste que con las madres hay algo del abrazo y el refugio infinito muy particular.
Ayer también fue feriado, pero el de hoy se siente distinto porque tiene esa carga simbólica de la memoria y el celebrarnos. Somos un país bastante difícil, pero jamás voy a estar cerca de las personas que lo defenestran desde un banquito libertario. ¿Viste que dije “somos” y no “tenemos”? Porque sí, me parece que no todo es culpa o responsabilidad de las dirigencias políticas de turno, como sociedad también somos responsables del país que vamos formando. No es que las cosas “nos pasan y ya”. Si lo sabremos las feministas con los cambios que fuimos impulsando y logrando desde siempre... y si lo notaremos en este contexto de más de 40 mil casos por día. ¿Se entiende, no?
En un rato voy a salir a buscar una porción de locro en un restaurant acá cerca de casa, seguro me cruzo con un amigo y por un par de cuadras le hacemos un poquito de trampa a las restricciones. Creo que va a ser mi primera salida a la calle en todo el finde largo. Lo vivo sin culpa pues es lo mejor en este momento epidemiológico, pero lo cierto es que construir espacios de descanso me está costando bastante. Últimamente concibo los feriados como una extensión horaria para todo lo que no pude hacer durante la semana. La lista de pendientes pareciera nunca acabar. Qué sé yo… No podría decir que esto me molesta ni afrontarlo desde la queja, hace rato que entendí que todas las cosas que estoy haciendo son parte constitutiva de quién soy y quién quiero ser. Incluso las que más paja me dan.
Pero también existe una realidad y es todo el laburo de más que hacemos las feminidades para mantener más o menos tambaleando, no sé si me atrevería a decir de pie, a este país. Igual eso sería adentrarme en estadísticas un tanto pesadas y creo que mejor contar mi propia experiencia. ¡Bastante privilegiada considerando que no soy madre ni tengo personas a cargo, y encima vivo sola! Pero bueno viejo, mantener una vida laboral, proyectos autogestivos y ser activista tampoco es fácil.
Hace ya casi 7 años que laburo en comunicación política, así que estoy muy acostumbrada a la disponibilidad 24/7, las crisis y la inmediatez. Pero a eso ahora se le suma “ser la feminista de la gestión”, es decir, la persona responsable de impulsar acciones con perspectiva de género. Falta poco para el 3J y no solo tengo que pensar iniciativas para llevar adelante desde Beba, sino que también tengo al hombro un par de campañas de mi laburo formal. Mi vida feminista siempre estuvo separada de mi vida en relación de dependencia, lo cual hacia más liviana la carga, pero ahora que ya no estoy partida en dos y por fin soy una sola persona, la creatividad cuesta bastante. Obvio que estoy contenta porque me valoran por quien verdaderamente soy, no tengo que estar escondiendo nada y tengo mucha independencia para proponer lo que quiera, pero a veces también es agotador.
No sé si tengo un truco o algún tipo de consejo sobre cómo poder con todo (aparte a veces sencillamente no se puede, y es importante saber asumir las propias limitaciones), pero sin dudas algo que me sirvió muchísimo fue afinar la puntería con las personas con las que hago o no hago cosas. Estoy muy lejos de esa Emilia que arrastraba gente y terminaba totalmente colapsada. Ya no reclamo nada ni tampoco me banco reclamos que no construyan. Por suerte con las chicas de Beba durante este año de pandemia supimos construir un diálogo muy sincero, aprendimos a decir “no, no puedo” en vez de asumir responsabilidades que después no vamos a poder cumplir y que van a perjudicar a una o dos personas que van a terminar haciendo el laburo que supuestamente iban a hacer cinco. Creo que eso también es parte de ciertas prácticas feministas a la hora de trabajar, una lógica del cuidado y la valoración del tiempo, muy conscientes de que es algo que nunca nos va a sobrar, ¿viste?
Siempre me decís que debería contar en algún tipo de charla o taller mi experiencia de trabajo con Beba, un espacio que reunió a muchas profesionales jóvenes de distintas áreas (comunicación, diseño, cine) sin tanta experiencia laboral quizás, pero que entre fallas y aciertos, también fue convirtiéndose en un semillero de una nueva generación de comunicadoras feministas. Lo escribo para que quede asentado públicamente y un poco obligarme a hacerlo, ok, pero sabelo que no fue ni es nada fácil.
Por otro lado… sí, sin dudas en este momento la concentración es un recurso en extinción. Hace dos meses que ya no estoy saliendo tanto de mi casa, y si bien antes odiaba sentirme expuesta y estar 12 horas con barbijo, ahora también agradezco cuando salgo una o dos veces, porque estar tanto tiempo acá adentro a veces también es un peligro. Tuve días de sentir que la cama me chupaba y donde todo era posponer y posponer hasta último momento cada cosa que tenía que hacer. Es importante, si tenemos la posibilidad de hacerlo, acceder a profesionales de la salud mental, que nos pongamos en buenas manos, con suma sinceridad, contando todo, sin normalizar estas conductas que nos van minando día a día. Creo que es imposible encarar esta vida pandémica sin prestarle atención a eso.
Entonces, resumiendo:
1) gente piola y feminista cerca.
2) terapia.
… y bueno, yo por mi parte también le doy mucho valor a lo espiritual y alternativo, por así decirlo. Hace cuatro semanas que voy a una acupunturista que me salvó la vida (creo que sabés lo en serio que lo digo). La persona que me la presentó me cayó del cielo, no encuentro otra explicación. Fui ganando mucha claridad mental, dejé de tener tanto ruido encima y no sé, estoy mega risueña de vuelta, ¿viste? De golpe bailo, invento giladas, te canto por audios de whatsapp. Creo que porque hay muchas cosas que ya no me duelen. La panza, sobre todo. Cuando me despierto con la pancita chata, sin ruidos, agradezco esta nueva oportunidad.
Creo que al final se trata de eso: darnos todas las oportunidades que necesitemos para poder hacer mejores cosas para nuestra vida, nuestras comunidades y nuestro país. Y para eso es fundamental estar muy conectados con nosotros mismos AHREYASEPONIÍAENMODOINSPIRACIONALDEINSTAGRAMDIOSNOQUEBIZARRO.
¡¡¡FELIZ 25 DE MAYO Y AGUANTE CHARLY GARCÍA PAPÁAAAAAAAAAAA!!!
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De: Cinthia
Hola, amiga.
me gusta leerte animada, motivada, siento que escribiste el mail bailando sentada.
La verdad es que tengo una relación amor/odio con trabajar desde casa. Sí, hoy estoy trabajando. Para mis clientes no es feriado, no tienen ni idea la fecha importantísima que es para nuestro país. Me levanté súper temprano, o sea a las 8.30 am (para mi es casi madrugada) e hice un súper desayuno: panqueques con dulce de leche. Tal vez es lo más cerca que voy a estar de comer una comida autóctona, ponele. Aunque me hice un guiso riquísimo ayer y obvio que cociné para todo el pueblo y tengo para varios días.
Estoy escribiendo este email con esta playlist de fondo que me da absolutamente la vida. Realmente dejaría este mail acá y me iría a bailar mientras tomo juguito en el cuadrado donde da el sol durante unas horas en casa.
Estoy un poco dispersa, tengo varias cosas que hacer y no tengo ganas de hacerlas. Creo que eso es lo que más me destruye: cuando tengo que hacer algo y no lo quiero hacer. ¿Esto nos pasa a todes? ¿Se puede chequear? No soy como algunas de las personas que conozco que ponen primera y arrancan. Lo peor es que no existe un criterio de lo que "no quiero hacer" es simplemente algo que me da paja porque sí. Creo que esa es la mejor razón para convencerme: si no hay razón, hacelo y chau.
Con respecto a la gente con la que me rodeo, qué decirte. Siempre práctica: si mi tiempo lo pierdo yo, si mi vida la arruino yo (soy mi propia enemiga en todo), te imaginarás que no hay lugar para que les otres rompan algo por acá. Igual rompen, hay que emparchar la filtración. Pero me cuido mucho, sobre todo porque soy mi fuente de trabajo y porque sé, como me dijo una gran amiga, que no solo soy talentosa en lo que hago, sino que tengo algo para contar que tiene que ser contado.
Esto me lleva a decir que no es muy fácil la vida de trabajar y ser activista, pero me las arreglo. La verdad es que no elegí ser activista, no me queda otra que laburar, para en el mejor de los casos, garantizarme a mí y a les mies nuestros derechos.
Por supuesto que esto te lo digo así como si no fuese nada, pero en mis peores días nada me molesta más que las personas que están de mal humor constantemente y que se quejan de todo y no resuelven. No tengo tiempo realmente para lidiar con esas cosas y tampoco me interesa. Me gusta pensar en que soy jodida y que si no tienen nada que hacer en mi camino, mejor que se corran, corta. Además, como me gusta mucho trabajar en equipo, mejor tener cerca personas que sumen.
A veces me pregunto si los varones pensarán que son jodidos por ser prácticos. Es casi obvio que no. Hace unos meses tuve una discusión muy interesante con una amiga que me decía que no somos privilegiades por tener trabajo, que eso es un derecho. Por lo general no me siento en un lugar de privilegio, pero entiendo que mi vida es mucho más vivible que la de algunas de las personas que me rodean con mi misma corporalidad o identidad sexual. Justamente por eso hago muchas cosas y estoy en muchos proyectos: ocupo ese lugar que no se les permitió a otras personas como yo en el pasado. Porque sé que en algún lugar debe haber algune niñe al que le va a hacer bien saber que ocupo ese lugar y porque también me sana enormemente saber que estoy en el lugar donde no vi a nadie cuando yo estaba buscando a alguien que más o menos se pareciera a mí e hiciera lo que yo quería hacer.
Pienso mucho en esto último porque tengo muy claro quiénes son las personas a las que más sigo y son todas delgadas y heterosexuales en su mayoría. Ahora tengo un poco más para elegir, pero a veces ser diverse no necesariamente te hace una persona consciente y disiento con mucha gente haciendo cosas por ahí en el nombre de la diversidad. En fin.
Finalmente, quería contarte que hoy hace un año que asesinaron a George Floyd. De alguna manera me genera alivio que ya esté condenado el ex policía que lo asesinó, Derek Chauvin. Dejo acá el email que nos enviamos con Kenia el año pasado: es muy interesante su perspectiva.
Una amiga ayer me dijo cipaya por recordarle esto un 25 de mayo, pero en mi memoria hay lugar para todo. Sobre todo para mi fecha patria favorita, la primera vez en mi vida que escuché la palabra Revolución.
Te mando un abrazo y sigamos haciendo patria, trabajando por lo que nos moviliza y con quienes nos suma.