T2 - #5 No todo fue tan terrible
También hubo algunas cosas que nos hicieron bien. Foto por @fendromena
De: Cinthia
Hola, amiga.
La verdad es que este día no es el mejor del mundo, pero te prometí un chiste:
Transcripción:
Entrevista de trabajo.
- ¿Sabe *Excel*?
- Claro, hasta me sé la canción...
- ¿Canción?... cual canción
- ¿Y cómo es Excel, en qué lugar se enamoró de ti?
- Muchas gracias, nosotros la llamamos.
Espero que no solo te hayas reído, sino que hayas podido cantar la canción mientras lo leías.
¿Sabés en qué me hizo pensar esto? En que, si bien soy una persona muy risueña y chistosa, ¡no sé chistes! ¡Tuve que googlear! Necesito más exclamaciones. Pero posta, hay algo de la risa que ya no me sucede de forma espontánea y extraño mucho. Supongo que es parte de la sociabilización.
Este día no es el mejor, pero me parece importante usar este espacio para decirte: no todo es tan terrible. ¿No? No señorxs.
Este tiempo me sirvió mucho para reconectarme conmigo misma. Para las personas que no creen en todo lo que no sea ciencia este párrafo va a ser un gran meh, para el resto, síganme por aquí 👇🏽
Todo eso que te conté ayer de pasarla mal y querer morirme no se fue solo (te juro que no me voy a poner darks) se fue con mucho laburo de terapia.
Terapia convencional, o sea la que todes imaginamos cuando hablamos de salud mental, la que tenés que tener una matrícula para ejercer no es necesariamente la que me salvó y me salva. Hubo muchas otras actividades como tomar talleres de meditación y yoga, investigar sobre otras terapias, otras formas de entender mi cuerpo y mi mente (y mi existencia) que me hicieron hacer un clic y entenderme mejor. Lo que sería tomar un poco al *toro x las astas*. Te recomiendo este podcast de Mia Astral re cortito y hermoso. Es casi un punto de inicio para reflexionar.
Hacer actividades, como dice mi amiga Lu, que no sirvan para mi trabajo y solo tengan que ver conmigo me ayudó un montón para conectar con mi disfrute. Y por disfrute no hablo solo del sexual, sino también de poder permitirme y habilitarme a mí misma a hacer cosas que no sean trabajo: mirar una serie, leer, cocinar, jugar con Isis, hablar por teléfono con mi mamá, chatear horas con amigues.
Algo absolutamente divertido que hice hace unos meses fue salir a caminar por Parque Chas sin el celular y dar vueltas hasta que entendí la lógica. En el mientras tanto presté mucha atención a detalles de algunas casas, las calles, las personas que estaban por ahí, los árboles, las flores. La verdad es que no me perdí, pero me divirtió saber que si me perdía tenía que preguntar. Sé que no soy el estereotipo de persona divertida, pero me entretengo bastante fácil.
Ese día me acuerdo de que volví a casa estallada de risa y me dormí a las 22 h. Todo lo que necesitaba era un poco de aire fresco y sol en la cara. Me atrevería a decir que es lo que necesito siempre.
Ahora me quiero comprar el Age of Empires así juego con una amiga. Ojalá pudiese explicarte la emoción que me genera ese juego.
Te reto a decirme algo no tan terrible.🤞🏽
También te dejo este tema por si ahora se te pegó, así se te pega más:
De: Emilia
Amiga, sincerémonos: los días laborales en pandemia por lo general son una mierda.
Hoy particularmente esto de venir a escribirte me costó un montón. Necesitaría soltar la compu por un rato (por no decir tirarla a la mierda) y que alguien me haga mimos y me saque a pasear. No sé si es que estoy muy cansada y todo me pesa más… o si simplemente estoy un poco triste. ¿Te pasó de extrañar y sospechar que no te extrañan y sentirte aún peor? Es horrible no saber.
También creo que hablar de violencia no me pasa por al lado. Es evidente que tantos días laburando alrededor del tema me están comenzando a afectar. Yo nunca lo había pensado hasta el otro día que, en el medio de una call, me agarró una puntada en el cuello y vos me lo marcaste. Lamentablemente el cuerpo tiene memoria.
¿Ves? Ya estoy llorando.
En estos días de tantas reuniones, brainstormings, propuestas, campañas, me doy cuenta de que en general muy poca gente sabe de qué hablamos cuando hablamos de violencia. Me da mucha bronca que me pidan cosas de un minuto para el otro, sin dimensionar absolutamente nada. Entiendo que ahí está el valor de mi laburo, pero a veces quisiera ser otra persona. No entender, no saber, que nada de esto me pegue así. Repito que lo que me pasó no me define, pero pareciera que no puedo hablar de otra cosa. Quizás solo es la previa al 3J, o nuestros mails que me terminan moviendo todo. No sé. Sea como sea, ya no me banco.
La verdad que es imposible pensar en algo lindo del año pasado sin que lo primero que se me venga a la cabeza sean todas esas vueltas en el auto de mi ex fumando porro y cantando Álex Anwandter a los gritos. Podré echarle mil cosas en cara, pero siempre supo detectar esos momentos en los que yo solo necesitaba tomar un poco de aire y comer medialunas. Claro, esos paseos siempre terminaban en medialunas. No podíamos ir a ningún lado, la realidad nos asfixiaba, pero por un instante la ciudad era nuestra.
Me hubiera gustado disfrutarlo un poco más. ¿Por qué nos cuesta tanto disfrutar? ¿Viste que hay personas que siempre están como… no sé, bien? ¿De buen humor? ¿Tranquilas? ¿Con el alma intacta? Las envidio.
El otro día vino Valen (mi sobrinita de cinco años) a dormir a casa y me preguntó por qué vivía sola. Yo le dije que porque era grande. Ella me contestó que mi hermano también es grande y vive con la tía Khrys. Y que los abuelos también son grandes y viven juntos. Y lo mismo sus papás. “Y vos no tenés a *nombre de mi ex*, tía???”. Silencio. “¿Van a estar peleados para siempre?”.
Claro que podría haberla introducido a la idea del hogar individual y un cuarto propio y toda la sarasa, pero lo cierto es que me quedé un rato mirando por la ventana con un nudito en la garganta. Hay días en los que vivir sola se hace difícil y escarbar el pasado desde un lugar un poco idealizado te da vuelta todo tipo de análisis.
Mejor me voy a dormir lo antes posible.
Te quiero, amiga.
PD: mi mamá me mandó un tupper con guiso de lentejas y anoche anticipé esta tristeza y me pedí unos franui, no te asustes que voy a estar bien.